¿Qué propósito tenemos? Quizá este sea el punto de partida para muchas otras preguntas que definen los que queremos hacer con nuestras vidas y con lo que cada uno de nosotros somos.
Podemos poner muchos nombres sobre la mesa: propósito, meta, sueño, objetivo, logro y otros más que significan lo mismo y que nos hace mirar hacia un solo lugar: el camino que queremos recorrer para llegar a la cumbre, es decir, a lo que tanto anhelamos. Pero, ¿ese propósito que cada persona tiene es completamente individual o involucra a otros? Cada ser tiene una meta propia que va de acuerdo a sus características y a su personalidad. Es por esa razón, que existe una gran cantidad de profesiones, porque no queremos lo mismo. Todos deseamos algo diferente que nos captura y que nos seduce cada día, algo que nos permite vivir. Sin embargo, en ese caminar diario que, aparentemente, se ve muy individual, existe una conexión muy fuerte con la comunidad, con otros seres que caminan alrededor. Es verdad, somos viajeros, pero, aunque, a veces, no parezca, estamos juntos en este viaje y nos necesitamos los unos a los otros todo el tiempo para seguir avanzando. Por otro lado, existen rocas que interrumpen el camino y muros que nos separan en muchas ocasiones. Estos obstáculos, la mayoría de veces, solo habitan en nuestra mente, pero se han vuelto tan reales que es muy difícil ignorarlos y hacer como si no estuvieran. Lo más triste y dificultoso es que debido a estas rocas a lo largo del sendero, ocasionalmente, vamos perdiendo la esencia de nuestras profesiones y la esencia de lo que somos también. Entonces, llegan más preguntas a mi cabeza. ¿Nuestros propósitos son un bien en sí mismo o son hechos para alcanzar algo más? Cada uno tenemos nuestra propia perspectiva y mirada del camino que queremos recorrer y la forma en la que queremos hacerlo. Las interrogantes siempre están presentes y creo que siempre estarán. Ojalá, porque nos permiten cuestionarnos, pensar, descubrir, indagar y, finalmente, conocernos más. Es por ello, que profundizaremos el tema del rol de las profesiones en la sociedad humana de la mano de dos autores muy importantes como Nugent con El agua está del otro lado (posfacio) y Adela Cortina con El sentido de las profesiones.
Empecemos con Adela Cortina. En su texto, El sentido de las profesiones, cita a Max Weber, quien dice lo siguiente sobre las profesiones: “Es la actividad especializada y permanente de un hombre que, normalmente, constituye para él una fuente de ingresos y, por tanto, un fundamento económico seguro de su existencia”. Pero, ¿realmente significa eso? Veamos que dice la RAE (Real Academia Española). Nos brinda tres significados que quiero compartir. 1) Acción y efecto de profesar. 2) Empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que percibe una retribución. 3) Conjunto de personas que ejercen una misma profesión. Creo que los tres están conectados y nos muestran una idea global de lo que significa profesión. Particularmente, rescato el hecho de que las profesiones nos dan la oportunidad de explayarnos en lo que nos gusta con otras personas. Además, que el trabajo que hacemos es recompensado, pues somos retribuidos con la satisfacción de hacer lo que nos apasiona, pero, también, con algo que nos ayuda a sobrevivir en el sistema en el que nos encontramos: un salario. Finalmente, y como lo menciona Cortina, las profesiones nos dan identidad y pertenencia a un grupo, un grupo con el compartimos ciertas características (ethos) y al que llamamos colegas. Sin embargo, como mencioné varias líneas más arriba, las profesiones perderían sentido si el bien solo fuera individual y no colectivo, ¿verdad? Es al lugar al que quería llegar y para eso necesitare una vez más la ayuda de Adela Cortina. Ella nos dice que las profesiones pueden ubicarse en dos lugares: en el mercado o en el Estado. En el primero, la profesión es un medio para alcanzar un sustento económico: dinero. En el segundo, la profesión es un medio para la vida política o para propiciar leyes. Pero, ¿Dónde quedan los demás? ¿Dónde queda la comunidad? Y ¿Dónde quedan los valores? Pues, tienen un lugar y no pueden ser ignorados. Cortina dice que existe un lugar entre el mercado y el Estado. Se llama “asociaciones intermedias”, un espacio en el que sobresalen otros términos como valores, moral, identidad, lealtad y muchos más que involucran un uso provechoso de nuestras profesiones. Al menos, es provechoso para las personas que se alinean a estos objetivos, es decir, para los seres que trabajan por otros seres, para los seres que quieren encontrar una cumbre que vaya mucho más allá de lo económico, que quieren servir con lo que son buenos. En mi caso, estudio periodismo y me encanta lo que hago. Desde que lo supe, no pude pensar en nada más. Me encuentro en sexto ciclo y habiendo caminado estos tres años que llevo en la universidad, me doy cuenta que no me equivoqué, que disfruto mucho cuando me dejan la tarea de entrevistar a alguien o cubrir algún evento. Personalmente, me encantan las artes y creo que el periodismo puede ser un muy buen aliado para acercarme a ellas también y, de paso, difundir cultura en más personas. Algo que, considero, todavía no se muestra de la manera más atractiva e impactante hacia el público. Bueno, haciendo el ejercicio de responder mis propias preguntas, las cuales fueron apareciendo mientras releía el texto de Adela Cortina, creo que mi profesión, el periodismo, en la época en la que nos encontramos y en el mundo en el que estamos viviendo, tiene un rol muy importante: informar con la verdad. He visto tantas películas, tal vez no se asemejen por completo a la realidad, pero quiero compartirlo. En esas películas, los periodistas luchan por informar, por compartir realidades, por transmitir los hechos y por ser los ojos de las personas que no pueden ver un suceso en un determinado momento. Creo que la labor del periodista es fundamental, sobre todo si se hace con mucha veracidad y sin perder de vista uno de nuestras más grandes misiones: la lealtad que le debemos a la sociedad. También, quiero tocar el tema de los obstáculos y de las trabas que encontramos en el camino. En mi profesión como en las otras, existen muchos limitantes y aislantes que no nos permiten cumplir como quisiéramos el rol que hemos elegido realizar, lo cual no solo nos afecta de manera individual, sino mucho más peligroso: nos afecta como sociedad. Asimismo, como menciona Nugent al inicio de su texto, El agua está del otro lado, citando las palabras de Montaigne: “Dicen bien los que dicen que un hombre de valía es un hombre mezclado”, nos trata de decir que un hombre valioso es un hombre mezclado. Pero, ¿Por qué nos quiere dar ese mensaje? Estuve analizando y creo que hay mucha verdad y razón en sus palabras. Justamente, eso es lo que nos falta aceptar y aprender hoy. Como profesionales y como seres humanos principalmente, necesitamos recordar muy bien las palabras de Montaigne. Todos somos un saco de cosas en el ámbito social, cultural, sentimental, emocional, económico, intelectual y en muchas áreas más. Sin embargo, nuestro valor se encuentra, precisamente, ahí. Nuestro valor se encuentra en esas diferencias y es genial. Eso nos hace más ricos, nos da la oportunidad de aprender nuevas cosas de las personas que nos acompañan en el viaje y nos permite ver más allá de lo que conocemos. Regresando a mí, me siento muy feliz de tener esas ideas claras y de recordar el valor que tenemos los seres humanos por el hecho, simple y rico a la vez, de ser personas. Creo que, como periodista, necesito estar muy conectada con la sociedad, para dejarlos hablar, para escuchar lo que quieren decir, para darles espacios de expresión y para ser sus ojos y oídos cuando ellos no pueden estar presentes. Es así, y por eso debemos aceptar la mezcla, dejar de lado el pasado y enfocarnos en el futuro como dice Nugent. Hoy toca pensar en las próximas generaciones, en las que vienen y abrirle nuevas puertas al dialogo, uno que nos permita alcanzar una verdadera democracia. Finalmente, considero que el trabajo del periodista es darle la información a la sociedad, para que sean ellos quienes puedan formular sus propias conclusiones. Creo que cada persona tiene su propia voz y como comunicadores debemos brindar espacios para hablar de muchas cosas que están sucediendo en el mundo actual.
En conclusión, todas las profesiones son importantes. Cada una de ellas nos aportan algo. No podríamos sobrevivir si no nos tuviéramos los unos a los otros. Por esa razón, debemos trabajar por hacer bien lo que sabemos hacer, por entregarnos con pasión y lealtad a nuestro público, es decir, a las personas que necesitan de nosotros y que confían en lo que hacemos. Asimismo, debemos empezar a conocer, a darnos la oportunidad de vivir nuevas experiencias y de tratar a otros seres humanos. Eso nos dará el poder de abrir nuestra mente y de poder aceptar muchas cosas que, a veces, juzgamos o no comprendemos muy bien. La profesión nos dignifica, nos da una razón para vivir y nos hace sentir felices, porque nuestro trabajo es útil y aporta de alguna manera a los otros viajeros que caminan a diario con nosotros. Eso es todo lo que quería decir.
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